Chateando el otro día, me llamó la atención el nick de una amiga mía.
El nick rezaba "En la lejanía del olvido todo es ámbar" y me puse a imaginar en qué estaría pensando ella al crear la frase.
Pregunté a dos personas ajenas al correo de mi amiga y me dieron interpretaciones distintas de la misma sentencia.
De una persona entendí que aludía a la subjetividad de las percepciones. Su hipostesis era más o menos tal que: cuando ha ocurrido un suceso, y hace mucho tiempo de ello, dos personas que estuvieron presentes en ese suceso lo recuerdan de manera distinta. Así una piensa que ocurrió rojo y la otra que ocurrió verde. Pero la realidad es que no fue ni rojo ni verde, fue ámbar.
La realidad es una, única y subjetiva (ámbar) y las diferentes percepciones o interpretaciones que de ella hacemos no son más que subjetividades condicionadas por nuestra experiencia. A esta hipótesis la he venido a llamar La hipótesis del semáforo, puesto que relacionó el concepto ámbar con los colores del semáforo.
La otra persona entendió el término ámbar de otra manera. Para él el ámbar era un color, pero no lo reducía sólo al color de la luz central de los semáforos. Su hipotesis venía a decir lo siguiente: cuando a lo largo de la existencia has vivido muchas situaciones, la memoria tiende a apagar esos recuerdos a medida que el tiempo transcurre. Los recuerdos van diluyéndose y su color va degradándose hasta convertirse en monocromos, de esta manera cuando los recuerdos son color ámbar, estos apenas estarían presentes en nuestra memoria: el color ámbar sería un estadío quasifinal de permanencia de los recuerdos. La metáfora sería una puesta de sol. Denomino esta hipótesis como La hipótesis de la intensidad de memoria.
La intención era contrastar mi propia hipótesis con las de ellos.
A mi, la palabra ámbar me evocaba la imagen mental de un trozo solidificado de resina con un insecto atrapado en su interior: veía una piedra preciosa, transparente y reluciente. Así pues expliqué la frase pensando que, aquellas piedras preciosas a que hacia referencia eran todos los buenos recuerdos y las situaciones memorables que acontecen en la vida de una persona. Esto quiere decir que al recordar nuestro pasado centramos (debemos centrar) nuestra atención en las cosas positivas y momentos felices que hemos tenido. La llamo La hipótesis de la piedra preciosa (como metáfora de los buenos recuerdos vividos).
Por último, y para salir de dudas, pregunté a mi amiga el significado de su frase. No supo decirme en qué pensaba al escribirlo... ciertamente, tendría un sentido distinto al de cualquier otra interpretación.

El nick rezaba "En la lejanía del olvido todo es ámbar" y me puse a imaginar en qué estaría pensando ella al crear la frase.
Pregunté a dos personas ajenas al correo de mi amiga y me dieron interpretaciones distintas de la misma sentencia.
De una persona entendí que aludía a la subjetividad de las percepciones. Su hipostesis era más o menos tal que: cuando ha ocurrido un suceso, y hace mucho tiempo de ello, dos personas que estuvieron presentes en ese suceso lo recuerdan de manera distinta. Así una piensa que ocurrió rojo y la otra que ocurrió verde. Pero la realidad es que no fue ni rojo ni verde, fue ámbar.
La realidad es una, única y subjetiva (ámbar) y las diferentes percepciones o interpretaciones que de ella hacemos no son más que subjetividades condicionadas por nuestra experiencia. A esta hipótesis la he venido a llamar La hipótesis del semáforo, puesto que relacionó el concepto ámbar con los colores del semáforo.
La otra persona entendió el término ámbar de otra manera. Para él el ámbar era un color, pero no lo reducía sólo al color de la luz central de los semáforos. Su hipotesis venía a decir lo siguiente: cuando a lo largo de la existencia has vivido muchas situaciones, la memoria tiende a apagar esos recuerdos a medida que el tiempo transcurre. Los recuerdos van diluyéndose y su color va degradándose hasta convertirse en monocromos, de esta manera cuando los recuerdos son color ámbar, estos apenas estarían presentes en nuestra memoria: el color ámbar sería un estadío quasifinal de permanencia de los recuerdos. La metáfora sería una puesta de sol. Denomino esta hipótesis como La hipótesis de la intensidad de memoria.
La intención era contrastar mi propia hipótesis con las de ellos.
A mi, la palabra ámbar me evocaba la imagen mental de un trozo solidificado de resina con un insecto atrapado en su interior: veía una piedra preciosa, transparente y reluciente. Así pues expliqué la frase pensando que, aquellas piedras preciosas a que hacia referencia eran todos los buenos recuerdos y las situaciones memorables que acontecen en la vida de una persona. Esto quiere decir que al recordar nuestro pasado centramos (debemos centrar) nuestra atención en las cosas positivas y momentos felices que hemos tenido. La llamo La hipótesis de la piedra preciosa (como metáfora de los buenos recuerdos vividos).
Por último, y para salir de dudas, pregunté a mi amiga el significado de su frase. No supo decirme en qué pensaba al escribirlo... ciertamente, tendría un sentido distinto al de cualquier otra interpretación.

1 comentario:
En la lejania del olvido, todo es ambar. Igual que tu mirada al atardecer.
Son tus caricias terciopelo.
El besar tuyo es inmenso.
Como inmenso es el amor que me haces sentir, cuando no estas me falta el respirar.
PePeLiNuX
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